En muchos lugares, la naturaleza es capaz de tallar auténticas esculturas que sin demasiada imaginación podemos identificar.
Uno de los lugares favoritos de la naturaleza para esculpir son las propias montañas. La erosión y el paso de los años hace posible que podamos disfrutar de imágenes como estas:
No son sólo las montañas, las islas hacen a su gusto sus propias formas:
Por otro lado, si un día nublado miramos al cielo, podemos observar como la naturaleza ha realizado dibujos a base de pinceladas de nube.
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